Los Hombres Que No Amaban A Las Mujeres by Stieg Larsson

Los Hombres Que No Amaban A Las Mujeres by Stieg Larsson

autor:Stieg Larsson [Larsson, Stieg]
Format: epub
Tags: spanish, novela negra
ISBN: 9788423340446
editor: Destino
publicado: 2008-12-13T16:00:00+00:00


Cecilia Vanger había invitado también a Henrik Vanger a la cena, posiblemente para reducir el riesgo de entrar en desagradables temas de conversación. Había preparado un guiso de carne de caza que acompañó con vino tinto. Erika y Henrik dedicaron gran parte de la conversación a hablar sobre el desarrollo de Millennium y los nuevos suscriptores, pero la conversación se fue yendo, paulatinamente, por otros derroteros. De buenas a primeras, Erika se dirigió a Mikael y le preguntó cómo avanzaba su trabajo.

—Espero tener listo un borrador de la crónica familiar dentro de más o menos un mes para que Henrik pueda echarle un vistazo.

—Una crónica al estilo de la familia Adams —sonrió Cecilia.

—Tiene ciertos aspectos históricos —admitió Mikael.

Cecilia miró de reojo a Henrik Vanger.

—Mikael, en realidad a Henrik no le interesa la crónica familiar. Quiere que resuelvas el misterio de la desaparición de Harriet.

Mikael no dijo nada. Desde que había iniciado su relación con Cecilia, hablaba con ella de manera bastante abierta sobre Harriet.

Cecilia ya había deducido que ésa era su verdadera misión, aunque él nunca se lo hubiera confirmado formalmente. Sin embargo, no le había contado a Henrik que Cecilia y él habían tratado el tema. Henrik arqueó ligeramente sus pobladas cejas. Erika permaneció callada.

—Por favor, Henrik —dijo Cecilia—. No soy tonta. No sé exactamente qué acuerdo tenéis entre los dos, pero él esta aquí por Harriet. ¿A que sí?

Henrik asintió con la cabeza y miró de reojo a Mikael.

—Ya te dije que es muy lista.

Luego se dirigió a Erika:

—Supongo que Mikael te ha explicado qué es lo que hace en Hedeby.

Ella asintió.

—Y supongo que piensas que es algo descabellado. No, no es preciso que contestes. En efecto, es una misión absurda y descabellada. Pero necesito saber la verdad.

—No tengo nada que objetar al respecto —dijo Erika diplomáticamente.

—Seguro que sí —contestó Henrik.

Acto seguido, se dirigió a Mikael:

—Dentro de poco habrán pasado seis meses. Cuéntanos, ¿has encontrado algo que no hayamos investigado ya?

Mikael evitó la mirada de Henrik. Enseguida recordó la extraña sensación que le invadió la noche anterior al estar hojeando el álbum de fotos. Aquella sensación llevaba acompañándole durante todo el día, pero no había tenido tiempo de sentarse y volver a abrir el álbum. No estaba seguro de si lo había soñado o no, pero sabía que se le había pasado por la mente algún pensamiento que estuvo a punto de tomar forma y convertirse en una idea decisiva e importante. Acabó por alzar la vista y mirar a Henrik Vanger negando con la cabeza.

—No he encontrado absolutamente nada.

El viejo lo observó con una atenta expresión en su rostro. Renunció a comentar la respuesta de Mikael y finalmente asintió.

—No sé qué pensáis vosotros, jóvenes, pero ya va siendo hora de que me retire. Gracias por la cena, Cecilia. Buenas noches, Erika. Pásate a verme mañana antes de irte.



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